La niña que no podía recordar

Diciembre de 1971. Sandra tiene seis años cuando su madre fallece de manera inesperada. Su abuelo materno se da cuenta de que la niña experimenta un rechazo hacia su padre, cuyo origen es un misterio. Él no lo sabe, pero su nieta ha visto algo que ni ella misma es capaz de recordar. Julio de 2006. Durante la excavación de los túneles de la M-30 en Madrid, un peón halla una valiosa y antigua pulsera de oro entre la tierra removida. Justo después, fallece en un inexplicable accidente. En medio del revuelo, uno de los ingenieros de la obra la ve en el suelo, y movido por una corazonada se la guarda sin decir nada a nadie. A partir de entonces se desencadenará una serie de terribles sucesos que parecen interconectados. Clara Tahoces nos conduce por un mundo de sombras donde la Luz cobra un gran protagonismo. Pero quizá el origen de la Luz que persiguen los personajes de La niña que no podía recordar no es lo que creen, y pueden, sin saberlo, estar iniciando un viaje sin retorno hacia la Oscuridad.